El agua en el reservorio no tiene conexión con el mar y tiende a perder estabilidad electroquímica. El agua de mar presenta propiedades físicas que varían de acuerdo a la cantidad de sales que contiene; estas propiedades son: térmica, mecánica, eléctrica, acústica, óptica y radiactiva. La conductividad eléctrica del mar es elevada, a ella contribuyen la polaridad del agua y la abundancia de iones positivos y negativos disueltos, sometidos a un campo eléctrico. Un ion es un átomo cargado positiva o negativamente, por tanto intercambia electrones con el medio, y puede absorber o liberar electrones a las partículas adyacentes. La conductividad varía con la salinidad y la temperatura.
Dentro de las reacciones químicas que se dan en el mar, el movimiento browniano (o aleatorio) es una excitación térmica normal e interminable de sus moléculas y partículas, debido a su propia energía cinética. Esta aleatoriedad es el resultado de la colisión con moléculas presentes en el agua salada, las cuales a su vez también se están moviendo aleatoriamente. Entonces, la razón de un reservorio es contar con la facilidad para estabilizar el agua electroquímicamente y luego tratarla contra microorganismos; todo esto antes de enviarla a los tanques de maduración, desove o cría de larvas. A criterio del Dr. Cheng-Sheng Lee, del Instituto Oceánico de Hawaii (2012), parte de los procedimientos de bioseguridad de un laboratorio es tratar el agua en el reservorio correcta y oportunamente, antes de usarla en los tanques de cría, para de esta manera prevenir las infecciones bacterianas y virales. Fig. 1.
De acuerdo a una publicación de la Sociedad Geológica Mexicana (Volumen 66, núm. 2, 2014, p. 247-261), existen variaciones temporales del nivel freático, con marcados incrementos en cierta época del año, evidenciando la presencia de inundaciones por aguas subterráneas. En Ecuador la época invernal de este año trajo abundantes lluvias, probablemente afectando la salinidad del agua del subsuelo que desemboca en el mar costero, y quizás transportando cargas de metales pesados. Considerando ambos factores, se puede pensar que el agua bombeada al laboratorio químicamente resultaría insegura para una cría saludable de larvas, sin descartar que las cargas de bacterias vengan por arriba de lo normal.
Para la captación de agua, muchos laboratorios de larvas de camarón en el Ecuador utilizan “wellpoints” (o puntas), que es un tubo plástico ranurado y forrado con geotextil, enterrado en la arena horizontalmente o en forma vertical (±4m de profundidad). Fig. 2.
La parte inferior del tubo puede estar por debajo del nivel freático y comunicarse con el acuífero que desemboca en el mar. Estos acuíferos son los que están más expuestos a la contaminación proveniente de la superficie. Normalmente el agua es enviada al reservorio, para ser tratada y estabilizada allí. Los compuestos comúnmente usados para estos fines han sido el Fe-secuestreno, Na2.EDTA y la clorinación. Para estabilizar el agua salada los laboratorios y las estaciones de desove ya utilizaron Na2.EDTA hasta 5ppm, a fin de que las reacciones químicas no afecten el desove, la eclosión de los huevos, la metamorfosis naupliar y el desarrollo de las larvas. Esta concentracion de Na2. EDTA puede variar, dependiendo del grado de inestabilidad que el agua puede traer. Un buen indicador de inestabilidad química del agua puede ser la dificultad que se tenga para levantar un bloom de diatomeas en un tanque de cría o de un masivo de algas. Fig. 3.
One Response
Hola Henry, sería interesante saber si algún laboratorio hizo análisis de metales pesados en esa época del año.