La alcalinidad de nuestra piscina nos garantiza el suficiente carbono inorgánico para todos los seres vivos, no solo las algas sino en especial para las bacterias autotróficas. Un segundo aspecto de la alcalinidad, es que mientras más alta es, se produce el efecto tapón para evitar la variación de pH; una alcalinidad alta nos permite tener la suficiente holgura para reaccionar a un TAN alto. En conclusión una alcalinidad alta nos garantiza tener el suficiente carbonos y bicarbonatos para mantener el equilibrio del sistema.
¿Por qué?
La alcalinidad mide el poder o capacidad del agua de la piscina para neutralizar ácidos.
Si en nuestra piscina hay sedimento acumulado, éste sedimento se descompone por la acción de las bacteriana heterotróficas, que mineralizan la materia orgánica en NH3 + CO2, el NH3 al verterse al agua pasa a ser el NH4, que es un catión con una valencia.
NH3+H2O=NH4
Mientras que el CO2 al unirse con el agua forma el ácido carbónico, que es un primer anión
CO2+H20=CO3H2
Pero por efecto del pH, el ácido carbónico se disocia y pierde un hidrógeno formándose el bicarbonato, siendo este un anión con una valencia
Si la cantidad de CO2 es alta en el sistema, los bicarbonatos no alcanzan a equilibrar el ácido carbónico, entonces por efecto del pH se generan los carbonatos (aniones con DOS VALENCIAS).
Entonces, los bicarbonatos y carbonatos entran en equilibrio químico con el CO2, siendo el pH el indicador de este equilibrio.
“Cargas iguales se repelen mientras que las cargas diferentes se atraen”
Los bicarbonatos y carbonatos no permanecen solo como aniones, sino que estos se unen a cationes de igual valencia y forman compuestos solubles e insolubles, los insolubles se precipita y de esta manera se pierden los cationes del agua, por ende la alcalinidad nos ayuda a mantener los minerales del medio.