Vía a la costa Km 15.5, Guayaquil - Ecuador
(+5934) 204 6394
ecuador.sales@adm.com

Bacterias en ambiente marino

Balanceados Nova S.A. Balnova

Los microorganismos son componentes de la biosfera que se encuentran en todo tipo de hábitat. En particular, las bacterias pueden estar presentes en ambientes tan extremos como las fisuras hidrotermales o salares hipersalinos. Actualmente se reconoce la abundancia y subestimación que existía hace algunas décadas sobre el papel de los microorganismos, principalmente las bacterias, en los diferentes ecosistemas. Esto se debe básicamente a las nuevas técnicas que permiten visualizar o estimar la gran cantidad de microorganismos que no son posibles de cultivar (Fuhrman y Ouverney, 1998). Hoy en día se utilizan marcadores moleculares como el 16SRna para clasificar filogenéticamente los diferentes grupos de bacterias pertenecientes a los dominios Bacteria y Archaea (Madigan et al. 2000).

 

En el ecosistema marino, uno de los conceptos que ha servido para dimensionar la importancia de las bacterias es el denominado “anillo microbiano” (Azam et al. 1983), el cual evidencia que las bacterias no son meros descomponedores de la materia orgánica, sino que participan activamente en los eslabones primarios de la cadena trófica. Como objeto de estos estudios, comenzó a emerger el interés por conocer acerca de la diversidad microbiana, principalmente desde patógenos bacterianos y la búsqueda de bacterias benéficas o probióticos asociados a la industria de la acuicultura, y en especial a la producción de peces y moluscos.

 

Los primeros estudios, realizados con técnicas tradicionales cultivo dependientes, han revelado la predominancia de bacterias de la familia de las vibrionáceas, las cuales proliferan especialmente en los meses de verano cuando se produce un incremento de la temperatura y de la materia orgánica (Sinderman et al. 1990; Bower et al. 1994). En Chile, en el ámbito marino acuícola se han realizado investigaciones sobre microorganismos patógenos asociados al cultivo de invertebrados marinos, específicamente el ostión del norte. Dentro de los géneros bacterianos más comunes y asociados a crustáceos, peces y moluscos, destaca el género Vibrio dentro del cual se han aislado especies como Vibrio anguillarum, Vibrio alginolyticus, Vibrio pelagius, Vibrio ordalli, Vibrio tubiash, Vibrio damsela y Vibrio vulnificus, además de otras cepas como Aeromonas hydrophila, Moraxella sp. y algunas flavobacterias como las del género Cytophaga y Flexibacter, que se encuentran ampliamente distribuidas y asociadas a las distintas unidades de cultivo como líneas de suministro de agua, microalgas e incluso presentes en las gónadas de los progenitores (Riquelme et al. 1995; Riquelme et al. 1996; Araya, 2000).

 

Esto último ha permitido establecer la ocurrencia de una transmisión vertical desde las gónadas a los gametos y estados tempranos de desarrollo larval, lo cual, en condiciones de cultivo, dadas las altas densidades reviste gran importancia en la proliferación de estos patógenos, que se caracterizan por ser del tipo oportunista. En general estas especies se destacan por su virulencia sobre los estados larvales de moluscos por medio de la producción de exotoxinas o por la invasión directa de los tejidos larvales (Riquelme et al. 1995).

 

El análisis tendiente a detectar cepas probióticas o antagonistas de los patógenos reveló la presencia de una bacteria identificada como Alteromonas haloplanktis asociada a gónadas de ejemplares de Argopecten purpuratus (Riquelme y otros, 1996). Esta cepa demostró producir compuestos activos inhibitorios de carácter proteico sobre patógenos bacterianos como Vibrio anguillarum. Las bacterias probióticas pueden ser utilizadas en los sistemas de cultivo, demostrándose potencialmente benéficas al ser incorporadas a las larvas mediante baños con el objeto de evitar la infección por parte de patógenos bacterianos (Riquelme et al. 2000).

 

Estos hallazgos han llevado a analizar en más detalle las comunidades bacterianas con el objeto de explorar las interacciones entre estos procariotas e invertebrados marinos.

 

Sin embargo, la información obtenida ha sido recopilada mediante la utilización de técnicas cultivo-dependientes, con los inconvenientes asociados a la baja cultivabilidad de las comunidades bacterianas marinas e incapacidad de las cepas de formar colonias en medios de cultivo (Kogure et al. 1979). Actualmente y como consecuencia del desarrollo de nuevas técnicas moleculares que no requieren de la utilización del enriquecimiento mediante el uso de medios de cultivo, se han realizado estudios con sondas moleculares para cuantifi car la presencia de Proteobacterias y Vibrio en cultivos comerciales asociados a la producción del ostión del norte, evidenciando diferencias filogenéticas entre las unidades productivas desde cohortes larvales saludables y cohortes con altas mortalidades larvales (Jorquera et al. 2004). El análisis microbiológico cuantitativo desde seis cultivos comerciales en el norte de Chile, desde la III a la IV Región, evidenció que el bacterioplancton asociado al cultivo larval de Argopecten purpuratus estaba principalmente asociado al grupo de las GAMA proteobacterias, y el género Vibrio alcanza una predominancia del orden del 0,6 al 17 por ciento de los recuentos totales mediante microscopía de epifluorescencia (Jorquera et al.2004).

 

Sin embargo, cuestiones relacionadas con la ecología microbiana propiamente tal, como la función y estructura de las comunidades bacterianas en nuestro litoral, requieren mayores esfuerzos de investigación. Por ejemplo, aún queda por explicar el comportamiento de una especie bacteriana (Vibrio parahaemolyticus) que se encontró por única vez en nuestro litoral (Antofagasta) en 1998 y que causó masivas intoxicaciones. Años más tarde se detecta en el sur de Chile con similares y reiterados episodios de intoxicación, aunque este no sería el hábitat óptimo para esta especie. Sin duda que Chile, dado su extenso litoral, guarda en su ecosistema marino una riqueza microbiológica inconmensurable de bacterias que pueden portar genes de producción de sustancias bioactivas o de interés farmacológico que es necesario investigar. Al respecto, recientes estudios de prospección de bacterias productoras de sustancias antifouling revelaron la presencia de una nueva bacteria clasificada inicialmente como Alteromonas NI-LEM con propiedades inhibidoras del micro y macro fouling (Ayala et al. 2006, en prensa).

 

Fuente:

  • Ayala, C., M Clarke & C. Riquelme. 2006. Inhibition of bissal formation in Semimytilus algosus (Gould 1850) by a fi lm-forming bacterium isolated from biofouled substrata in northern Chile. Biofouling (En prensa).
  • Araya, R.A., M. Jorquera & C. Riquelme. 1999. “Asociación de bacterias al ciclo de vida de Argopecten purpuratus”. Revista Chilena de Historia Natural, 72: 261-271.
  • Azam, F., T. Fenchel, j.G. Field, J.S. Gray, Meyer- Reil & F. Fingstad. 1983. “The  ecological role of water-column microbes in sea”.Mar. Ecol. Prog. Ser. 10: 257-263.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.