La prohibición de los antibióticos en la acuicultura nos invita a ser más eficientes en el manejo de las camaroneras, para prevenir las enfermedades con mayor uso del conocimiento y la tecnología. También se requiere voluntad y decisión para emprender los cambios necesarios. La experiencia y el conocimiento ya existen, para manejar con más eficiencia la producción en las camaroneras, dando mayor énfasis en el cuidado del ambiente y la sostenibilidad. Los cambios se están dando progresivamente en las camaroneras, aprovechando el mayor conocimiento que se tiene de las distintas aplicaciones técnicas en la actividad; esas áreas están relacionadas con la fisiología digestiva del camarón, la nutrición, la biología de las bacterias involucradas, las bondades de los ácidos orgánicos y las esencias vegetales.

Desde tiempo atrás el hombre ya conocía de los beneficios curativos de los ácidos orgánicos y extractos vegetales. Probablemente desconocían de los principios activos de estos compuestos, pero sí sabían cómo utilizarlos según la afección. En la actividad camaronera fui testigo del uso de ajo y limón, para prevenir enfermedades en laboratorios de larvas de camarón en Manta, Ecuador (C. Villamar, Marzo 2005). Hoy sabemos los nombres de los principios activos que actuaron contra estos microorganismos, la alicina y el ácido cítrico respectivamente. Como en este caso, es necesario conocer las propiedades químicas de cada molécula que va a intervenir como antibacteriano en el núcleo orgánico que se va a utilizar, toda vez que ellas también actúan como quelantes. Dentro de las propiedades intrínsecas al antibacteriano estaría de considerar el peso de la molécula y el número de radicales –COOH que interviene. Fig. 1. La termolabilidad de la molécula seleccionada y la eficacia de la sinergia, cuando el núcleo es una combinación de varios orgánicos, son dos aspectos de consideración al momento de seleccionar esas moléculas.

Fig. 1 Una buena combinación podría ser la participación de
un aceite esencial, un ácido orgánico y un quelante inorgánico.

La cantidad del núcleo que se adiciona al balanceado es calculado para que actúe bien contra las bacterias, y dentro de esa concentracion se han considerado las mermas por proceso de fabricación y lixiviación. Hay una variedad de ácidos orgánicos disponibles en el mercado, sin embargo no todos son convenientes para usarse en camaronicultura; entre los más comunes están el ácido fórmico, láctico, cítrico, gálico y ascórbico. Para potenciar la acción de estos ácidos se usan en combinación con ellos los extractos vegetales, siendo los de mayor uso el aceite del árbol de té, el aceite de coco, el aceite de orégano y el extracto de ajo. Como un servicio a sus clientes y siempre que sea requerido, BALNOVA adiciona estos insumos al balanceado sin costo alguno.

Hay un aspecto que tiene que ser observado en la camaronera y se refiere a la estabilidad química del agua y del asuelo en las piscinas. Ambos ambientes son interdependientes, tanto que la inestabilidad del uno va a afectar al otro, resultando en estrés para el camarón y la predisposición para enfermarse o crecer lentamente si esto no es corregido oportunamente. La mayor estabilidad de ambos ambientes favorece la acción de los antibacterianos. Fig. 2.

Fig. 2 En las buenas prácticas de manejo se considera que estabilizar
el suelo antes de sembrar tiene la misma prioridad que el agua.

La inestabilidad de estos ambientes influye en la efectividad de los núcleos orgánicos, indistintamente de cómo son adicionados, ya sea que en el balanceado o al agua directamente. No obstante, si es en el balanceado la perdida puede ser menor que cuando va al agua. Probablemente esta sea la razón del por qué los núcleos orgánicos no siempre dan los resultados esperados en todas las camaroneras que se usan. La inestabilidad química del entorno – agua y suelo – favorecerá a los patógenos, afectará la salud del camarón y restará eficiencia al núcleo orgánico, indistintamente de la combinación de moléculas utilizadas.