La harina de pescado posee 70% a 80% del producto en forma de proteína y grasa digerible. Su contenido de energía es notablemente mayor que muchas otras proteínas animales o vegetales, ya que proporciona una fuente concentrada de proteína de alta calidad y una grasa rica en ácidos grasos Omega-3, DHA (Ácido DocosaHexaenoico) y EPA (Ácido EicosaPentaenoico), indispensables para el rápido crecimiento de los animales. Según estudios realizados por la International Fishmeal and Fish Oil Organization (IFFO, Londres 2001) se estimó que, para el año 2013 los requerimientos de harina de pescado llegarían a 4 millones de toneladas métricas, debido a la variedad de aplicaciones del producto y que su uso estaría limitado por la disponibilidad o el costo.

Si la acuicultura está llamada a ser una de las principales fuentes de alimentos que permita aliviar la escasez mundial de alimentos, la buena gobernanza y el desarrollo responsable son esenciales. En la Conferencia Anual de la IFFO, celebrada en Perú, se mencionó que la demanda de productos pesqueros, según datos de la FAO, se acercará a 320 millones de toneladas en el año 2028 a medida que crece la población mundial y los ingresos, pero la oferta potencial de la pesca y la acuicultura sería inferior a 180 millones de toneladas. El futuro de la pesca de captura es maximizar el valor y mejorar la sostenibilidad, y para la acuicultura es incrementar los volúmenes y el desarrollo responsable, desde un punto de vista ecológico, social y ambiental, dijo en ese encuentro Arni Mathiesen, miembro de la FAO.

Para el 29/09/2012, en un reporte del Dr. Andrew Jackson, Director Técnico de IFFO, respecto al papel de la harina y el aceite de pescado en la acuicultura sostenible se mencionó que, el pobre crecimiento en la producción de ingredientes marinos había llevado a especular que el crecimiento de la acuicultura podría también estar limitado por la escasez de estos ingredientes fundamentales. Es verdad que durante los años 1990 y principios del 2000, con el crecimiento de la acuicultura se utilizó mucha harina de pescado, en su mayoría proveniente de los volúmenes que eran destinados a la producción de alimentos balanceados para cerdos y aves; sin embargo, a partir del 2005 las necesidades de alimento acuícola continuaron en ascenso, con un crecimiento anual de alrededor del 7%, aunque los volúmenes de harina de pescado se habían mantenido estables en alrededor de 3,2 millones de toneladas y los de aceite de pescado se lograron reducir a cerca de 600.000 toneladas.

Esto dio lugar a que la FAO declarara, en su reciente informe sobre el Estado de la Pesca y la Acuicultura (FAO 2012) lo siguiente: “A pesar de la discusión sobre la disponibilidad y el uso de ingredientes de los alimentos acuícolas, los cuales se centran en la harina y el aceite de pescado, teniendo en cuenta las tendencias del pasado y las predicciones actuales, la sostenibilidad del sector acuícola probablemente estará estrechamente vinculada con el suministro sostenido de proteínas animales y vegetales, así como aceites y carbohidratos de la misma fuente para la producción de alimentos acuícolas “.

El precio de todos los productos básicos ha aumentado considerablemente en los últimos años y es importante comparar el de la harina de pescado con otras alternativas. La alternativa más utilizada para sustituir la harina de pescado ha sido la harina de soya. Durante los últimos veinte años la proporción, en relación al precio de la harina de pescado con respecto a la harina de soya, aumentó significativamente, lo cual indica que la harina de pescado está siendo reducida en áreas como los alimentos de engorde; pero aún permanece intacta en las áreas más críticas y menos sensibles con relación al precio, como son los alimentos para larvas de camarón, juveniles y reproductores. Por lo tanto, la harina de pescado no está llegando a ser más un producto básico, pero se está convirtiendo en un ingrediente estratégico, utilizado en aquellas situaciones donde sus propiedades nutricionales únicas pueden aportar los mejores resultados.

La harina de pescado se convertirá cada vez más en un ingrediente estratégico y se utilizará solamente en las etapas críticas del ciclo de vida, o cuando el rendimiento lo requiera. Los artículos muestran la imperiosa necesidad de avanzar en investigaciones, que permitan el reemplazo sustentable de las harinas y aceites azules por proteínas y lípidos de otros orígenes y que a su vez no compitan con la necesidad de alimentación humana directa. Tomado de IPAC. Acuicultura.