El tracto digestivo se compone de un intestino anterior, formado por la boca, el esófago y el estómago; un intestino medio que representa la mayor parte del tracto; y un intestino posterior, formado por una pequeña porción del intestino, la ampolla rectal y el ano (Graidorge & Flegel, 1999). La glándula del intestino medio o hepatopáncreas es prominente y ocupa gran parte del cefalotórax, vierte sus secreciones enzimáticas al intestino medio para los procesos digestivos del crustáceo. Esta glándula también interviene en la síntesis, absorción, y metabolismo de lípidos e hidratos de carbono.
Dos fenómenos influyen en la respuesta fisiológica de los camarones, los ciclos circadianos y el ciclo de muda. Los ciclos circadianos son como marcapasos biológicos que operan las funciones rítmicas de los animales, ritmos que pueden ser modulados por fenómenos físicos cíclicos, ej. los ciclos de invierno y verano, las fases lunares, los ciclos diarios, las mareas, etc. (Díaz-Granda, 1997). Estos ritmos son oscilaciones de las variables biológicas en intervalos regulares de tiempo.
Diversos autores han encontrado oscilaciones diarias en eventos tales como los ritmos bioquímicos relacionados con la concentración de proteínas, aminoácidos libres, ácidos grasos y pigmentos; ritmos de secreción de enzimas en el tracto digestivo; ritmos relacionados con la actividad motriz (migraciones diurnas y nocturnas), y ritmos en la conducta alimentaria. En la hemolinfa se han demostrado ritmos circadianos relacionados con la concentración de proteínas en L. vannamei, P. japonicus; de carbohidratos en P. monodon y P. indicus; de lípidos y lipoproteínas en P. japonicus.
González, et al. (1995) realizaron experimentos con adultos de P. schmitti y P. notialis del ritmo circadiano de producción de enzimas proteolíticas, encontrando que en organismos alimentados “ad libitum” presentan un ritmo circadiano bifásico en ambas especies, con una separación de aproximadamente 12 hs entre cada uno de los dos picos de actividad proteolítica.
Los investigadores sustentan la hipótesis de que el ajuste de los horarios de alimentación, en función del ritmo circadiano de producción de enzimas digestivas, favorecerá la digestión del alimento, teniendo un efecto positivo sobre el factor de conversión alimenticia. No obstante, son múltiples los factores que influyen en la conducta alimentaria del camarón, son factores de orden internos, como el ciclo de muda, y externos como los ciclos anuales, que no permiten definir un plan preciso aplicable para la alimentación del camarón.